jueves, 30 de septiembre de 2010

Ayudas al carbón

No hay comentarios:

La Comisión Europea ha dado luz verde a las ayudas para la industria del carbón en España. De esta forma se amplía hasta 2014 la sangría que está sufriendo este sector.


Atrás quedaron los años “gloriosos” en que el 37% del total de la electricidad que se producía en España se hacía en centrales que utilizaban carbón como materia prima. Desde este año, 2002, el decremento en la producción de energía eléctrica por este medio no ha dejado de disminuir entrando en barrena en el año 2007 y bajando su aportación al sistema eléctrico español a un ridículo 12% en 2009.

Las centrales eléctricas que funcionan con esta materia prima son las más contaminantes y menos eficientes en términos de aprovechamiento energético, con el agravante de que el carbón nacional es de pésima calidad por lo que el empeño de su uso origina mayores ineficiencias y problemas económicos y ambientales para el país. Además, como se ha puesto de manifiesto, necesitan subvenciones para poder sobrevivir. Subvenciones que tenemos que pagar todos los españoles.

Un país con un 20% de su población activa en paro tiene que pensar en medidas más eficaces a medio y largo plazo tendentes a disminuir esta tasa de desempleo de forma estructural. El incremento de parados que originaría el fin de la minería del carbón, desgraciadamente, no aumentará ni una décima de punto esta tasa de desempleo, por lo no se explica el interés en mantener 7.000 puestos de trabajo cuando se han perdido millones en otros sectores con las mismas o más necesidades.
El Real Decreto 134/2010 por el que se establece el procedimiento de resolución de restricciones por garantía de suministro no tiene ningún sentido, ya que el suministro eléctrico está más que garantizado con la actual coyuntura económica del país. Por lo tanto, su publicación sólo puede responder a intereses partidistas para beneficiar a un colectivo especialmente sensible para la opinión pública como ha sido tradicionalmente el minero.

La realidad de la industria del carbón, más allá de reminiscencias nostálgicas evocadas por canciones de Victor Manuel, es durísima. Por este motivo desde la planificación de políticas energéticas el gobierno debe primar una reconversión en profundidad del sector. Debemos ser conscientes de que el modelo energético basado en energías fósiles está terminado por insostenible e ineficiente. Mientras antes nos demos cuenta de esta realidad y aceptemos los nuevos retos que este cambio implica, antes estaremos posicionados internacionalmente para liderar una nueva economía basada en fuentes energéticas renovables. Las únicas que se mantendrán de forma indefinida en el tiempo.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Crecimiento de la energía eólica offshore

2 comentarios:

En España el crecimiento eólico ha sido desigual. Una de las Comunidades Autónomas pioneras en el desarrollo masivo eólico fue la de Galicia. El Plan Eólico del gobierno gallego tiene como objetivo alcanzar a finales de 2010 4.000 MW de potencia. A finales de 2009 ya había conseguido llegar a los 3.231 MW. Esta potencia podrá suministrar hasta el 50% de las necesidades energéticas de esa Comunidad. Para conseguir este objetivo el gobierno regional ha otorgado a compañías eléctricas, fabricantes de aerogeneradores y operadores independientes concesiones para desarrollar cuotas establecidas de potencia en 140 áreas distintas. El objetivo ha sido que al menos el 70% de la inversión se realice en su territorio creando puestos de trabajo directos e indirectos. Como resultado de esta política los fabricantes de componentes de aerogeneradores han proliferado por toda la comunidad.

El salto al mar debe realizarse teniendo en cuenta estos mismos planteamientos y sin descuidar los aspectos medioambientales ya que comunidades como la de Navarra que desde el principio del desarrollo eólico incluyó el análisis de los impactos ambientales como uno de los aspectos claves en la selección de los emplazamientos, evitando así conflictos locales, otras Comunidades no han abordado esta circunstancia completamente lo que origina conflictos con organizaciones y residentes locales.

La integración en la red es una de las variables más importantes que hay que analizar en cualquier nuevo proyecto energético. Las tensiones entre la oferta de energía eléctrica disponible en el mercado español y la demanda de esta energía, están creciendo año a año. Mientras que la demanda de energía eléctrica ha experimentado un crecimiento medio, en los últimos cinco años del 1,44%, la potencia instalada se ha incrementado una media del 6,29% en el mismo periodo de tiempo.

Esta circunstancia implica que un país que tenga un alto porcentaje de plantas eléctricas inflexibles, como es el caso de las centrales nucleares que no están preparadas para trabajar de forma discontinua según las necesidades del mercado, no estará preparado para soportar la variabilidad de producción que demanda el mercado. Por lo tanto, desde un punto de vista económico que no medioambiental, este tipo de instalaciones solo se justifican en porcentajes muy reducidos. El resto de centrales que pueden “desconectarse” y “conectarse” con más flexibilidad tienen cabida en el mercado siempre que sus costes de operación sean competitivos. Además, la inactividad originará grandes pérdidas económicas para las empresas energéticas que deberán interrumpir la producción de sus plantas con más frecuencia de la deseada.