viernes, 21 de agosto de 2009

China: El país más contaminante del mundo

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El gobierno chino ha reconocido que su país ostenta el dudoso honor de ser el más contaminante del mundo. El que más emisiones globales de CO2 tiene.

El origen de esta contaminación proviene, en gran parte, por el uso que el país hace de fuentes energéticas fósiles. La economía china es claramente dependiente de combustibles fósiles tradicionales (carbón, petróleo y en menor medida gas natural). El gran consumo de carbón que significa un 64% de toda la energía que el país consume y hace que las condiciones de salubridad atmosférica sean muy precarias. De hecho, tres de las ciudades más contaminadas del mundo se encuentran en China: Pekín, Shanghai y Linfen.

Sin embargo, la dependencia energética china del exterior es muy reducida, no llega al 11%, cuando en España, por ejemplo, tenemos una dependencia de más del 80%.


Tras un breve análisis de la tabla podríamos concluir que la situación energética china podría considerarse hasta buena. Una baja dependencia de fuentes energéticas extranjeras hace que parezca que el país se encuentra fuerte ante cualquier envite provocado por posibles crisis internacionales. Sin embargo, la independencia externa no hace que el país sea independiente de su propia estructura energética. La factura que tiene que pagar por esta dependencia es demasiado alta.

La contaminación atmosférica de muchas de sus ciudades, con niveles de óxidos de carbono (CO y CO2), dióxido de sulfuro, arsénico, óxidos de nitrógeno y plomo en aire hace que los casos de bronquitis, neumonías y cánceres de pulmón vayan en aumento. Incluso la OMS ha declarado que un día respirando el aire de ciudades como Linfen equivale a fumar treinta paquetes de tabaco. La gran crisis sanitaria que está soportando esta ciudad terminará por asolarla en pocos años.

El cubrir el 64% de todas las necesidades energéticas chinas con carbón no es solo un suicido medioambiental sino también estratégico, por que si bien las reservas aun pueden mantener el actual consumo durante un número considerable de años (más de 40), el incremento del desarrollo económico chino sustentado en el consumo de esta fuente energética hará que posibles recursos económicos destinados a investigación y desarrollo de otras fuentes energéticas se empleen en esta tecnología obsoleta. Esto provocará que la solución del problema sea más difícil cuando el recurso esté agotado.